Software “in-house”: Ventaja Competitiva PARTE II

Software “in-house”:  Ventaja Competitiva PARTE II

¿Cómo alcanzar el nivel adecuado?

Las empresas no requieren comenzar desde cero ni tampoco están solas para desplegar estrategias para el desarrollo de software para convertirlo en el baluarte del negocio.

Uno de los primeros pasos es definir las metodologías que apoyarán el desarrollo de la estrategia. Una de las más conocidas por su versatilidad es la implementación de un modelo que integre el desarrollo y las operaciones, de forma tal que estas trabajan constantemente en colaboración continua para obtener el mejor resultado posible.

El concepto de DevOps, como se conoce esta práctica, permite que los líderes de las diferentes áreas del negocio, como sistemas, operaciones, finanzas y TI, compartan conocimientos y visibilidad de las acciones mutuas con el fin de optimizar el desarrollo de software en tiempos más cortos y con resultados más impactantes para los usuarios. Esto se circunscribe a metas y objetivos comunes, lo cual significa que las unidades de negocios y las divisiones de las empresas no requieren compartir otro tipo de información que solo podría generar mayor confusión.

El paso siguiente es la implementación de metodologías de desarrollo ágiles, las cuales se han transformado en los modelos más eficaces para que las empresas de todos los tamaños desarrollen y obtengan resultados concretos en menos tiempo y con mayor impacto para el negocio y los clientes.

Un modelo de desarrollo ágil también impacta la cultura empresarial al obtener resultados más concretos y en menos tiempo, con lo cual los negocios se apropian y adaptan a las metodologías ágiles sin contratiempos.

Sin embargo, no quiere decir que no haya resistencia al cambio. Algunos sectores encontrarán problemas si no existe un entrenamiento programado y por lo tanto no se logra una visión real de los objetivos y de cómo lograrlos.

Microsoft, es un buen ejemplo de cómo las grandes empresas pueden dirigirse hacia un modelo ágil de desarrollo sin perder el norte y mejorando en todos sus frentes.

Steve Denning, colaborador de Forbes, visitó Microsoft para conocer cómo habían logrado el desarrollo y el mejoramiento de sus programas, especialmente si tenemos en cuenta que la división de desarrollo, por ejemplo, reúne más de 4.500 colaboradores divididos en equipos cada vez más pequeños que cumplen metas y miden su rendimiento día a día, semana a semana, con el fin de perfeccionar la entrega de productos que se ajusten a la demanda de los clientes.

La aplicación del modelo Scrum, que es un conjunto de buenas prácticas para trabajar de forma colaborativa y en equipo, también han sido vitales para el desarrollo de software al interior de las empresas.

En este modelo, existe un propietario del proyecto, un líder o máster del equipo y los miembros del equipo de desarrollo, los cuales colaboran y refinan el producto, paso a paso.

Bajo el modelo Scrum, se hacen entregas parciales y regulares del producto final, dando prioridad a los elementos que generen mayor beneficio para los usuarios. Esto hace que la adopción de Scrum sea atractiva para el desarrollo de proyectos complejos, como el ejemplo de Microsoft, pero también para las denominadas start ups o empresas que arrancan desde cero con solo una idea y presupuestos limitados pero que requieren dar a conocer su oferta en el menor tiempo posible. La diferencia está en el volumen de los equipos. Mientras una gran empresa puede detallar decenas de equipos determinados a resolver tareas específicas, las pequeñas empresas pueden enfocar uno o dos equipos en sus requerimientos.

El proceso es igual para todas las empresas, esto permite que cualquier ingeniero desarrollador se integre en cualquier momento y entienda en qué etapa se encuentra el software.

Scrum comienza con la planificación, lo cual incluye la selección de prioridades establecidas por el usuario o el cliente. Este proceso continúa con la ejecución de la ejecución, que consiste en desarrollar, de la mano del cliente a solución, mientras refinan el resultado.

Sigue en el proceso, la etapa de inspección y adaptación, que permite hacer pruebas, revisiones y análisis, para determinar los nuevos derroteros.

La idea es que las empresas reconozcan al software como uno de los elementos más valiosos de sus estrategias de negocio y, con las metodologías adecuadas, lo transformen en el principal diferenciador.

 

 

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