SaaS, IaaA y PaaS: ¿Qué son, cómo usarlos y para qué?

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Desde hace unos cinco años se vienen oyendo varios conceptos que pueden ser fundamentales para la transformación de una empresa tradicional a una apalancada en tecnología: SaaS, IaaS y PaaS. Estos tres conceptos tienen que estar en el radar de cualquier gerente –sea de una empresa de tecnología o no– porque pueden ser las herramientas claves para generar valor y convertirse en líder de su mercado.

En esta tecnoguía queremos explicar estos tres conceptos y cómo puede aplicarlos en su organización. Acompáñenos mientras conocemos estos nuevos servicios apalancados en la nube y en las velocidades de internet.

Software como un servicio (SaaS)

El software como un servicio es un concepto que lleva vigente en la industria de la tecnología desde hace mucho tiempo. Desde que los ingenieros se dieron cuenta que era más barato correr aplicaciones en un centro de datos y distribuirlas a las terminales clientes, el software se convirtió en un servicio. Sin embargo, fue a comienzo del siglo XXI cuando SaaS realmente se convirtió en un término importante para las empresas un poco más pequeñas.

¿Qué es exactamente el SaaS? La explicación más sencilla se puede ver en el modelo de distribución. El software tradicional simplemente se vendía y quedaba alojado en los equipos del comprador. El cambio de modelo enfocado en un servicio implica que el software queda guardado en un servidor remoto y es administrado por la empresa que lo ofrece. Gartner, una de las empresas de investigación de mercados más importante del mundo, define SaaS como: “software que es propiedad, es entregado y es administrado por algún proveedor”.

El enfoque en el modelo de distribución es clave porque cambia totalmente la forma de usar la tecnología. Anteriormente, las empresas tenían que desarrollar o comprar una aplicación que se ajustara a sus necesidades puntuales. Hasta ahí, todo normal. Los problemas venían cuando el aplicativo se dañaba, necesitaba servicio o se iba quedando obsoleto. Por ejemplo, una agencia de publicidad, cuyo foco no es la infraestructura de TI, no tiene porque estar resolviendo los problemas que presenta el cambio de versión de su software gráfico predilecto.

En el pasado, lo más lógico era comprar un software que permitiera hacer esto eficientemente, instalarlo en sus propios servidores y empezar a trabajar. Ahora, con el SaaS, lo más lógico es dejar que otra empresa especializada en tecnología haga la aplicación, la administre y la asegure. Este modelo tiene dos principales ventajas: el costo y el valor estratégico.

Cuando el software se empezó a vender como un servicio, el cambio se realizó principalmente para ahorrar costos. La ecuación es relativamente sencilla. ¿Por qué me voy a gastar miles de dólares en un software que puede quedar obsoleto en unos años cuándo simplemente puedo arrendar uno que siempre está actualizado? Además, de esta manera se puede convertir una inversión en capital en un gasto operativo de la organización.

Para un gerente de TI es más fácil justificar un aumento operativo de 500 dólares al mes que una inversión de 10.000 dólares. Todos estos factores financieros le dieron el empuje al software como servicio y llevaron a muchas empresas a adoptarlo –y otras a ofrecerlo–.

Pero más allá de los beneficios financieros –que son relativamente fáciles de replicar– el valor está en usar estratégicamente el SaaS. HP tiene un amplio portafolio para que los gerentes, sean o no de TI, puedan crear soluciones innovadoras y generadoras de valor.

Infraestructura como un servicio (IaaS)

La infraestructura como servicio también se comporta de manera similar a la SaaS. La gran diferencia es que en lugar de vender programas y licencias, los proveedores de este servicio arriendan sus servidores para que otras empresas puedan usarlos como quieran. Gartner define IaaS como: “una oferta automatizada y estandarizada, donde recursos de computo, complementados con opciones de almacenamiento y capacidades de red, son propiedad del proveedor y son ofrecidos al consumidor para que los consuma cuando quiera”.

La IaaS es un servicio más enfocado en las empresas que trabajan con tecnología, ya que permite desarrollar y ajustar las máquinas virtuales a las necesidades del equipo. Para que un servicio sea considerado dentro de la categoría de IaaS, se deben cumplir una serie de características. Según Microsoft, el servicio debe ser ‘on-demand': el consumidor debe tener la posibilidad de usar los recursos de computación sin tener que acudir a un humano. La solución también debe tener banda ancha. Una aplicación de misión crítica no puede depender de la conexión. Se tiene que garantizar una red amplia, segura y confiable.

Sin embargo, lo más importante y valioso es la posibilidad de ajustar los recursos a la carga del cliente. Los proveedores de infraestructura deben permitir que sus clientes puedan aumentar o disminuir los recursos de cómputo y almacenamiento a medida que cambian los requerimientos. Si una página web, por ejemplo, sabe que va a tener un día extraordinariamente pesado de tráfico, puede aumentar su máquina virtual para garantizar el servicio.

Lo mismo debe ocurrir hacia abajo. El cliente puede disminuir los recursos, lo que debería bajar el costo de la solución. Con esta flexibilidad, los gerentes de TI pueden ser más cuidadosos con sus gastos y más eficientes en su trabajo y su inversión.

Otra de las grandes ventajas es que no hay que comprar servidores. Una compañía que no tiene su foco en tecnología puede hacer inversiones de capital en lugares más estratégicos y optar por un modelo de servicio para suplir las necesidades de infraestructura de TI. Además, como es un servicio contratado, no tendrá que preocuparse por gastos de mantenimiento y seguridad. Y como el servidor está en un centro de datos, siempre estará actualizado con la más reciente tecnología. El cliente no se tiene que preocupar por eso y, si tiene un problema, simplemente cambia de proveedor.

Plataforma como un sercicio (PaaS)

La combinación de los dos servicios mencionados anteriormente se puede catalogar como una plataforma como servicio. La integración del software con la infraestructura permite crear una plataforma que puede ser aprovechada por los clientes para crear soluciones de valor agregado que ahorran costos y usan la más reciente tecnología.

Al integrar el software como servicio así como la infraestructura como servicio, se crea una plataforma que aprovecha los beneficios de las dos modalidades: menores costos, manejo financiero más flexible y eficiente y valor agregado.

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