Las reglas de negocio han cambiado debido a la generación y adopción sin límites de las nuevas tecnologías digitales. Las redes sociales, los dispositivos móviles, Big Data, analítica, computación en la nube están cambiando el panorama, no solo de los consumidores finales, sino de los negocios en sus propias raíces. Este fenómeno denominado transformación digital está ocurriendo en todas las áreas de la economía y en todos los tamaños de los negocios; el impacto es tan profundo y amplio que en el último Foro Económico Mundial en Davos el tema central fue la Economía Digital y su impacto en el desarrollo económico. Iniciativas como la del MIT sobre economía digital muestran el enorme potencial que se tiene.
¿Cómo podrían usarse estas nuevas tecnologías para reducir la brecha con los países en desarrollo, para construir una sociedad más justa e inclusiva que reduzca los niveles de pobreza?
Esta pregunta no debería ser considerada por los economistas únicamente, sino por cualquier ciudadano que quiera transformar su entorno inmediato y en últimas hacer un aporte a la sociedad que lo acoge. Es decir, esta no es una inquietud teórica, sino una pregunta de la mayor relevancia práctica que nos compete a todos responder.
Esa sociedad más justa se logra con la inclusión en varios sentidos. Primero, de nuevos actores a la economía productiva, actores que antes estaban excluidos por diferentes razones que no son del caso discutir en este espacio, nuevas empresas que no requieren de grandes inversiones de capital y que por tanto pueden ser formadas por personas que en la economía tradicional no tenían cabida, jóvenes emprendedores que ahora tienen una oportunidad no solo de empleo sino de generación del mismo. Segundo, la inclusión de organizaciones del sector tecnológico en un contexto global de competencia que se lograría con unas empresas más preparadas estratégicamente que aprovechen las nuevas oportunidades de negocio que se abren en esta economía. Así, tendríamos una sociedad local y una global ambas más justas.
Esa inclusión debe comenzar por nuestras empresas del mundo en desarrollo y deben ser lideradas localmente creando un movimiento transformador que aporte a nuestra sociedad y para ello se requiere el concurso de la empresa, la academia, y el gobierno, un esfuerzo que se empieza a ver plasmado en varias iniciativas locales como la mesa de economía digital de la Cámara de Comercio de Bogotá. Estos esfuerzos deben ser encaminados a lograr inicialmente una masa crítica que genere la suficiente tracción para comenzar a mover el aparato económico en la dirección correcta y cree nuevas y mejores oportunidades tanto a las empresas establecidas como a nuevos emprendimientos para que los unos y los otros sean más competitivos a nivel global.
¿El objetivo de este movimiento sería entonces crear nuevas y mejores oportunidades, o preparar a las empresas para aprovechar dichas oportunidades?
Tal vez la respuesta es: Ambas cosas. El gobierno puede crear oportunidades por medio de programas de transformación digital que permitan a las empresas locales participar de manera activa adicionalmente a sus funciones de regulación. Las empresas por su parte deben expandir su visión usando nuevos marcos estratégicos que les permitan capitalizar las oportunidades en este nuevo mundo digital.
Tal vez el mayor reto que se tiene para aprovechar este momento, no solo a nivel local sino globalmente, es entender que la transformación digital es un tema de estrategia y no exclusivamente de tecnología, que requiere el desarrollo no solo de capacidades digitales sino también de liderazgo. Un estudio realizado por el MIT a más de 400 empresas de diferentes sectores concluyó que los “líderes digitales” generan 9% más de ingresos y 26% más de rentabilidad que el resto de empresas (Westerman George et al. (2014). Leading Digital. Harvard Business Review).
En Asesoftware, como una empresa apasionada por la tecnología y por su impacto en las organizaciones y en la sociedad en general, vemos la transformación digital como una disrupción que va a transformar tanto a las industrias, como a los individuos. Por esto, prestamos servicios de acompañamiento estratégico buscando involucrar la tecnología de una manera rentable, productiva y que incremente el desempeño de las organizaciones. Permítanos acompañarlo a transformar su negocio, y a sacar todo el provecho de lo que la tecnología puede hacer por él.
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